La discusión en torno a los problemas o beneficios que pueden traer los videojuegos a los usuarios, especialmente a los más jóvenes, lleva ya más de tres décadas entre nosotros. Desde las primeras consolas hasta el reciente boom de los juegos en línea, las posturas siguen enfrentándose en torno a esta opción de divertimento. En el siguiente artículo derribaremos algunos mitos y hablaremos de los beneficios de algunos videojuegos.
Desde hace muchos años que presenciamos el debate en torno a los pros y contra de los videojuegos y las posibles implicancias que pueden tener para los jugadores. Muchas veces, el foco de este debate se encuentra puesto en los más jóvenes, aunque en realidad es posible encontrar que muchos de los argumentos se extienden a todas las edades. ¿No existen beneficios a la hora de jugar?
En el siguiente artículo repasaremos algunas de las ventajas y habilidades que se desarrollan en esos momentos de tiempo libre, en especial cuando los juegos incluyen algo de estrategia e inteligencia en su contenido. Desde propuestas clásicas como jugar al online bingo a lo último en videojuegos de las grandes franquicias, hay muchos desafíos esperando a por ti.
1) Desarrollo de estrategias: los videojuegos ponen a prueba nuestro intelecto y nuestra habilidad para leer situaciones al tener que desarrollar diferentes estrategias para conseguir el mismo objetivo. En ese sentido, el famoso método de prueba y error que se aplica en la ciencia, también se desarrolla en muchos de los videojuegos en línea.
A su vez, hay un llamado al pensamiento analítico y a la lectura en profundidad en cada una de las situaciones que se plantea, dejando atrás el pensamiento superficial y rápido que muchas veces abunda en el resto del mundo online en la actualidad.
2) Paciencia y menos ansiedad: un videojuego, ya sean propuestas clásicas o novedosas, demanda tiempo, esfuerzo y dedicación. Lejos de ser un entretenimiento pasajero o sin profundidad, empezar y terminar una partida, así como un juego completo, requiere de la paciencia y de la capacidad de frustración del jugador.
De esa manera, quienes suelen jugar habitualmente a estas propuestas, suelen mostrar menos niveles de ansiedad en otros ámbitos cotidianos, como bien pueden ser el empleo o la educación formal. En contra del tiempo cada vez más veloz que nos envuelve, muchos juegos siguen apostando por un ritmo más lento y moderado.
3) Capacidad de mando y sociabilidad: por último, y al contrario de quienes asocian a los videojuegos con la soledad, muchas propuestas en línea requieren de la capacidad de hablar y hacer estrategias con otros jugadores. Muchos de ellos, incluso, pueden estar en otra parte del mundo en la misma partida.
Así, si queremos que nuestra estrategia tenga lugar, entonces deberemos pensar en cómo negociar e imponernos con los demás. Muchas de estas habilidades, claro, luego pueden ser ejecutadas en otros ámbitos de la vida y ayudarnos a ganar autoestima y confianza. No es poco para ser un videojuego simplemente, ¿no crees?